Muertes con final injusto
La muerte es inevitable. Más allá de eso, puede también ser esperada o inesperada, temida o por el contrario deseada, incluso por quien la tiene que vivir. A veces, la muerte puede ser injusta. Siguiendo el curso del río Nive, debajo del Pont de Ronde, un vivo y un muerto esperaban al comisario el lunes 19 de mayo de 1811. El muerto, ahogado, era Jacques Ingrand, capitán del Regimiento de Infantería de Línea № 88, nacido en la lejana Pont sur Yonne 41 años antes. ”Après avoir fait retirer son habit d’uniforme, son épée et sa decoration de Légionnaire (…) nous avons pour servir è son inhumation dressé ce procès verbal”. Llama la atención la prisa de Dirassen. Quizás, teniendo en cuenta que un alto oficial del Ejército francés había elegido suicidarse vestido con su uniforme, su espada y su decoración de legionario, es decir con todos los símbolos de su honor personal, lo mejor era echarle la culpa al Nive y finalizar así el trámite. (El uniforme, la espada y la decoración de legionario fueron entregadas a las autoridades militares, el cuerpo fue inhumado en el cementerio local.
Más injusto aún es el destino del cuerpo rescatado del Adour a la altura de Mousserolles el 8 de noviembre de 1812. El ahogado vestía un uniforme militar con botones del vigésimoquinto Regimiento de Dragones, portaba galones de Maréchal de Logis y una decoración de la Legión de Honor. La documentación en los bolsillos confirmó todos esos datos y llevó a los investigadores a pensar que el oficial había estado de servicio en los campos de batalla de España. Pero hay en este caso algo que llama poderosamente la atención, y es que nadie mostró interés alguno en averiguar el nombre del muerto a pesar de todos los datos a disposición. Algunas preguntas parecen obligadas luego de más de dos siglos. Por ejemplo, ¿cuántos Maréchal de Logis con la Legión de Honor pertenecientes al Regimiento de Dragones podía haber en ese momento en Bayonne? ¿Por qué las autoridades policiales no tomaron contacto con sus colegas militares para identificar el cadaver de tal ilustre muerto? Debido a esa indolencia por parte del comisario Antonin Dirassen, el héroe del Ejército francés pasó a la historia como ”Cadavre d’homme inconnu trouvé noyé”. Se merecía más respeto.
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